domingo, 2 de octubre de 2011

Zodiac y su paralelismo con otros crímenes seriales

EL ESTRENO DE LA PELÍCULA ZODIAC, DE DAVID FINCHER, POPULAZO A NIVEL MUNDIAL UN CASO SIN RESOLVER MUY DESTACADO DE LA HISTORIA NORTEAMERICANA, Y QUE GUARDA IMPORTANTES PARALELISMOS CON EL TRISTEMENTE CÉLEBRE ALFREDO GALÁN, CONOCIDO COMO EL ASESINO DE LA BARAJA, DETENIDO EN ESPAÑA EL 3 DE JULIO DE 2003 DESPUÉS DE ATERRORIZAR MADRID Y SUS ALREDEDORES DURANTE DOS MESES, AL ASESINAR A TIROS SIN MOTIVO APARENTE A SEIS PERSONAS Y HERIR A OTRAS DOS ENTRE EL 24 DE ENERO Y EL 18 DE MARZO DE DICHO AÑO.

El objetivo de este artículo es comparar el caso Zodiac con otros crímenes similares cuyos autores sí fueron detenidos, uno de ellos tan recientemente como Alfredo Galán, el Asesino de la Baraja, que se entregó a la Policía Local de Puertollano después de una investigación coordinada entre el Grupo de Homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil y sus homólogos de la Policía Nacional.

LOS ASESINATOS

No se trata aquí de pormenorizar los detalles de los crímenes cometidospor Zodiac, ya que los lectores interesados podrán encontrarlos en la bibliografía adjunta ; incluso en la película del mismo título, los delitos están reconstruidos casi a la perfección, incluyendo los diálogos. Por tanto, me limitaré a incluir una tabla con los datos más relevantes que requiere toda investigación policial. A pesar de que algunos autores atribuyen más crímenes a Zodiac, y él mismo se atribuyó 37 víctimas, no hay evidencia de que cometiera más de estos asesinatos. Excepto el caso de Stine, cerrado sin resolver por el Departamento de Policía de San Francisco en 2004, todos los demás siguen abiertos en los condados de Napa, Solano y Vallejo.

LAS CARTAS

Aparte de sus terribles y aleatorios crímenes, Zodiac es principalmente conocido por haber enviado más de 20 cartas, postales y códigos cifrados a la Policía y a los periódicos de California entre 1969 y 1978, aportando pruebas de que era él el asesino de estas cinco personas.

También se atribuyó más muertes, pero no aportó más detalles que los que se publicaban en la prensa, por lo que es probable que ‘únicamente’ cometiera los crímenes citados. Aunque las cartas son muy útiles para establecer el perfil psicológico del asesino y para compararlas con la caligrafía y el ADN de posibles sospechosos, lógicamente el autor habla muy poco de sí mismo y da pocas pistas sobre su identidad, por lo que no se analizarán profusamente aquí. El lector interesado las encontrará fácilmente en Internet o en la bibliografía citada.

COMPARACIÓN CON OTROS CASOS

Como ya mencionaba al principio de este artículo, el primer criminal que a los españoles nos recuerda Zodiac es el Asesino de la Baraja, finalmente identificado como Alfredo Galán Sotillos, ex militar que trabajaba entonces como guarda jurado. Salía generalmente de noche a la búsqueda de sus víctimas que estuviesen solas y las disparaba con una pistola Tula Tokarev que había adquirido ilegalmente en Bosnia.

Entre el 24 de enero y el 18 de marzo de 2003, asesinó a seis personas e hirió a dos más, saliendo una novena víctima ilesa del ataque. No había robo ni agresión sexual. Dejaba su "firma personal" colocando un as de copas marcado con un rotulador azul en el lugar de los hechos ; precisamente, este último detalle, que se ocultó al público, sirvió para confirmar su identidad cuando confesó ser el autor de los crímenes. Las similitudes con el caso Zodiac son claras, aunque desconocemos si Galán conocía este caso u otros similares; y mientras siga negando su culpabilidad, no lo sabremos. También se pensó que Zodiac podía ser militar, porque muchos de estos criminales en serie lo han sido (no porque el Ejército influya negativamente en las personas, salvo en caso de guerra; sino más bien al contrario: algunos psicópatas pueden sentirse atraídos por un trabajo que implica llevar armas).

Además, Zodiac era diestro en el manejo de las armas, sabía de mapas y códigos cifrados, calzaba botas militares, llevaba el pelo muy corto, vestía ropa similar a un uniforme, cometió su último crimen cerca de la base militar de Presidio y los asesinatos fueron cometidos cuando la guerra de Vietnam estaba en su apogeo. No obstante, si confiamos en la fiabilidad de la base de datos sobre huellas dactilares CNIC de 1969 y en la huella encontrada en el taxi de Stine, el criminal no perteneció al Ejército ni a la Policía. Es posible que fuera aficionado a lo militar, pero probablemente no un profesional.

Paradójicamente, aunque no sirvió para capturar al asesino, en ambos casos se intentó tenderle una trampa mediante un programa de televisión, ya que el deseo de notoriedad de ambos era evidente; en el caso de Galán, lo suficiente como para declararse culpable cuando estaba bajo los efectos del alcohol (se cree que Zodiac tomaba drogas, pero pudo mantener el control como para no ponérselo tan fácil a la Policía). El 22

de octubre de 1969, de madrugada, alguien que decía ser Zodiac llamó al Departamento de Policía de Oakland (cerca de San Francisco) exigiendo que el letrado Melvin Belli, abogado del Estrangulador de Boston, apareciera en directo en un programa de Canal 7 porque quería hablar con él. Naturalmente, la Policía grabó las llamadas y pidió a Belli que intentara quedar con el asesino en un lugar concreto; después de varias tensas llamadas (también reproducidas fielmente en la película), el presunto Zodiac aceptó presentarse en la calle Mission de San Francisco tres horas más tarde. Por supuesto, no se presentó, y el servicio localizador de llamadas demostró que el comunicante no era Zodiac sino un interno del psiquiátrico de Napa.

Por su parte, el Cuerpo Nacional de Policía, en colaboración con Telemadrid, tendió una trampa al Asesino de la Baraja haciéndole creer en una supuesta entrevista a un experto que la imagen del criminal había sido grabada por la cámara de un cajero automático de la Alameda de Osuna, escenario de su segundo crimen. Naturalmente, la Policía y un equipo de televisión le estaban esperando en tal lugar por si el asesino estaba viendo el programa y se le ocurría acudir allí para comprobar la existencia de tal cámara. Sin embargo, este no fue y se desconoce si no vio el programa o si simplemente no cayó en la trampa.

De todos modos, el asesino más cercano geográfica y espacialmente a Zodiac es David Berkowitz, conocido como el Hijo de Sam porque durante el juicio quiso alegar locura haciendo creer que mataba por "orden" de Sam, el perro de su vecino que era la reencarnación de Satanás. Sin embargo, como confesó a

Ressler en una entrevista realizada en la prisión de Attica (Nueva York), su motivación era otra: estaba cuerdo, pero le excitaba sexualmente provocar incendios y disparar a parejas o a mujeres solitarias, hasta el punto de que se masturbaba recordando los crímenes y volviendo a los lugares de los hechos. También

frecuentaba los bares de la Policía esperando oír conversaciones sobre sus asesinatos, y pensó acudir a los funerales de sus víctimas, pero no se atrevió por si la Policía estaba vigilando las ceremonias (como de hecho así era).

Como Alfredo Galán, y tal vez Zodiac, Berkowitz había sido militar, destinado en Corea; allí, en su primera y única experiencia sexual con una prostituta, contrajo una enfermedad venérea que impulsó el odio que sentía hacia las mujeres, ya que también culpaba a su madre por haberle dado en adopción. De vuelta en Nueva York, se empleó como guardia de seguridad (igual que Alfredo Galán), aunque su deseo era ser bombero; no obstante, como no se sentía capacitado para superar las pruebas de acceso, se convirtió en pirómano (para mí, es posible que Zodiac odiase a la Policía de San Francisco por no haber podido ingresar en ella). Provocó casi 2.000 pequeños incendios, y cientos de falsas alarmas, quedándose luego para ver cómo trabajaban los bomberos.

Más tarde, en el verano de 1976, cuando contaba 24 años, comenzó una escalada criminal, apuñalando a una mujer que sobrevivió. Se trasladó entonces a Texas para comprar un revólver Charter Arms del calibre 44, con el que disparó a 12 personas en Nueva York en el transcurso de un año. Finalmente, fue detenido el 31 de julio de 1977, cuando la Policía descubrió que su coche era el único no residente en el barrio que había pagado el tique de aparcamiento en la noche del crimen.

Al igual que Zodiac, Berkowitz mantenía una constante correspondencia con la prensa, y dejaba mensajes para la Policía en el escenario del crimen, del tipo "Bang, bang, volveré" y firmando Señor Monstruo. Decía que había copiado la idea de Jack el Destripador, pero también se dejaba influenciar por la prensa, que casi fomentaba y dirigía sus crímenes: por ejemplo, cuando se comprobó que las primeras víctimas eran mujeres de pelo largo, la prensa empezó a hablar del "asesino de las mujeres de pelo largo", y Berkowitz empezó a matar solo mujeres de pelo largo y a sus acompañantes. Por el contrario, cuando los periódicos mencionaron que cada asesinato se había cometido en un distrito distinto de la ciudad, plantearon la posibilidad de que el criminal fuera atacando a todos por turno.

Berkowitz no había tenido tal idea, pero la prensa se la dio y comenzó a hacerlo así. Del mismo modo, Alfredo Galán empezó a dejar ases de copas junto a los cadáveres solo después de que la prensa encontrara uno de estos naipes casualmente junto a su segunda víctima y le apodara el Asesino de la Baraja. Por eso resulta muy adecuado que la Policía controle la información que se publica en la prensa, al mismo tiempo que debe mantener buenas relaciones con ella para asegurarse su colaboración en determinados casos. En 1934, la colaboración entre el célebre columnista Walter Winchell, del Daily Mirror de Nueva York, y el detective William King, del Departamento de Policía de dicha ciudad, permitió que el caso del secuestro de la niña Grace Budd no cayera en el olvido y animó al asesino, Albert Fish, a escribir una carta a la familia de la víctima.

MIGUEL ÁNGEL SALGADO PÉREZ

Revista Guardia Civil


1 comentario:

La Huella del crimen dijo...

Increíble trabajo sobre Zodiac!
Y el blog en general, este tipo de noticias muchas veces pasan desapercibidas por la mayor parte de la sociedad, y debemos ser conscientes de que estas cosas ocurren de verdad.

Nos leemos!