martes, 19 de julio de 2011

Sai Baba: La vida y muerte del "Hombre Dios" (Parte 2)

(... viene en: http://manuelcarballal.blogspot.com/2011/07/sai-baba-analis-de-la-vida-y-muerte-del_10.html.)
El hacedor de caridad
Tal y como predicaba en sus mensajes, invitado a sus devotos a ejercer la caridad de una forma practica y social, una de las cosas que a mi mas me sedujo de su discurso, Sai Baba se ocupo de construir pozos de agua para algunas de las poblaciones mas humildes de los alrededores de Puttaparthi. Y también reinvirtió los millones de dólares que llegaban en donaciones, en la construcción de hospitales, universidades, escuelas, etc, para sus discípulos. Y asi el pequeño y humilde ashram que Baba había creado en su adolescencia, con un puñado de discípulos pobres, termino por convertirse en una pequeña ciudad, con aeropuerto propio, y fastuosos edificios, subvencionados en buena medida por el gobierno de Delhi. Pero justo es reconocer que siempre existieron muchos beneficiarios directos entre los pobres, de la generosidad del Swami. Por no hablar de los millones de rupias que trajeron a la ciudad las oleadas de turistas y devotos.
Paradogicamente el destino quiso colocar en el mismo estado, y muy cerquita del asharam de Sai Baba, a otro autentico hacedor de milagros, pero sociales. El exjesuita Vicente Ferrer, un misionero que llego a India en 1952 con la obligación de predicar la palabra de Jesus, y que termino abandonando la iglesia para concentrarse en la ayuda a los mas pobres, era vecino de Sai Baba. Sin materializaciones, prodigios ni poderes sobrenaturales, Vicente Ferrer también construyo pozos y escuelas, mucho mas humildes y menos ostentosas que las de Baba, pero el exjesuita nunca recibió la devoción de miles de seguidores, nunca dejo besar sus pies por creyentes entregados, y nunca estampo su rostro en camisetas, posters y banderas que decorasen las calles de su poblado… Y nunca sintió la curiosiad de conocer a su vecino, el hombre-dios. De hecho, según el testimonio de algunos vecinos, Sai Baba y Vicente Ferrer solo coincidieron en una ocasión, durante la celebración de una boda a la que ambos habían sido invitados. Pero no intercambiaron palabra alguna. Y por supuesto el misionero español nunca cayo rendido a los pies de quien era considerado la ultima encarnacion de Dios en la Tierra. Eso debería haber dado que pensar a los devotos del Swami…
De hecho esa diferencia abismal entre la humildad y discreción del exjesuita, y la ostentación y exibicionismo del Swami fue algo que rechino a algunos de los viajeros, como el malagueño Manuel Portales, que viajaron a Puttaparthi para conocer el ashram de Sai Baba, y decidieron hacer una parada en la fundación social liderada por Ferrer. “Para mi fue decepcionante –me explicaba en su domicilio malagueño Portales poco después de regresar de India- ver todo el lujo y la riqueza que manejaba Sai Baba y sus hombres de confianza dentro del ashram, en comparación con la miseria y la pobreza que se encontraba al otro lado de los muros de Prashanti Nilayan. Y ver como Vicente Ferrer luchaba contra esa miseria y marginación, desde dentro, conviviendo con los pobres y los miserables, mientras Sai Baba se dejaba adorar en su lujoso trono de oro. Aquello me hizo sospechar”. En cuanto regreso de la India Manuel Portales publico en el diario La Gaceta una serie de artículos relatando sus experiencias en los diferentes ashram de distintos gurues que había vistado. El 29 de octubre de 1989 pubico el referente a Prashanti Nilayan, y lo titulo “Sai Baba y los 40 ladrones”, titulo que refleja su desencanto al conocer directamente al supuesto hombre-dios. Sin embargo, y pese a su desencanto y escepticismo, Portales tampoco se atrevía a acusar directamente al Swami de ser un fraude, y dirigía el grueso de sus criticas al grupo de colaboradores mas directos de Sai Baba, en especial a su asistente Babu, acusándolos de lucrarse y abusar, en todos los sentidos, de los devotos… y sobretodo de las devotas.
Crimenes en el ashram de Dios
A pesar de aquellos testimonios de viajeros desencantados, que pude recoger durante años, eran muchos mas los devotos que volvían entusiasmados de su encuentro con Sai Baba. Todos contaban maravillosas experiencias espirituales, e incluso paranormales, protagonizadas en carne propia en Prashanti Nilayan. Sin embargo nadie quería hablar de los sucesos mas oscuros que, durante años, saltaron temporalmente a los titulares de la prensa nacional o internacional. Sucesos que hoy, con la perspectiva que da el tiempo, cobran un nuevo interés en relación al caso.
El 20 de febrero de 1987, el cuerpo calcinado de un joven fue descubierto en Alike. Fue identificado como Lokayya Pujari, un estudiante de primer año del Colegio Universitario creado por la Fundacion de Sai Baba en el pueblo. De su cuello todavía colgaba un relicario con la foto del Swami. El cadáver estaba quemado por la parte frontal, hasta la cara, lo que dificulto inicialmente la identificación. Y a pocos metros del edificio. La policía local clasifico el incidente como “suicidio”, lo que escandalizo a los vecinos, que llegaron a protagonizar manifestaciones para que se considerase la muerte de Lokayya como “no natural”. Lokayya, provenía de buena familia, era un excelente estudiante y también el presidente de los scouts. No existía ninguna razón para suicidarse, y menos aun, para quemarse vivo, sin proferir ni un solo grito que alertase a sus compañeros, que dormían a pocos metros.
Según una información anónima, los mandos policiales locales, también devotos de Sai Baba, habían intentado ocultar el incidente, como otros que ya se habían producido anterioremente. Esa misma fuente sugería que Lokayya había sido testigo de indecorosos comportamientos homosexuales de Sai Baba, y de algunos de sus seguidores, con los estudiantes (solo varones) del centro…
No era la primera vez que se producía una muerte extraña en el entorno se Baba. Ni tampoco la ultima. El caso que alcanzo mas repercusión mundial se produjo el 6 de junio de 1993, cuando cuatro jóvenes, exdevotos de Sai Baba, se colaron en sus aposentos, presuntamente con la intención de asesinarlo. Pero fueron descubiertos y se inicio un enfrentamiento con los todavía devotos. Baba consiguió escapar de milagro del atentado, y los jóvenes, que iban armados con cuchillos, murieron.
Todavia hoy es un misterio como se produjo la muerte de Suresh Shatharam Prabhu, Sai Ram, N. Jagannatha y Suresh Kumar. En el informe policial, presuntamente manipulado, aparecen las fotos de los cuatro jóvenes, que solo iban armados con armas blancas, acribillados a tiros por la policia. Aunque varios agentes de policía fueron interrogados sobre el incidente, ninguno fue procesado. Sai Baba, protagonista principal del presunto intento de asesinato, ni siquiera presto declaración.
Tambien murieron en el extraño incidente el sirviente Sai Kumar Mahajan y el asistente personal de Baba, Radhakrishna Menon, un personaje importante en esta historia… Sobre este incidente en concreto B. Premanand publico un voluminoso libro: “Murders in Sai Baba´s bedroom”, a el remito a los lectores interesados en profundizar en el caso.
Lo cierto es que, como en otras ocasiones, surgió el rumor de que aquellos jóvenes habían sido victimas de abusos sexuales por parte de Sai Baba. Y habían decidido vengarse y evitar que otros estudiantes de sus escuelas sufriesen las violaciones. Algo que los devotos siempre se negaron tan siquiera a considerar… Aunque un exdevoto, Tal Brooks, lo llevaba clamando a los cuatro vientos de finales de los años setenta.
El norteamericano Tal Brook, actualmente líder evangelico presidente del Spiritual Counterfeits Project, llego a la India a finales de los sesenta, impulsado por la imparable oleada de espiritualidad oriental que azoto el movimiento hippy en aquella época. Y allí conoció a Sai Baba y sue seducido por el. Y aunque en 1976 publico su primer libro “Lord of de Air”, editado 3 años después en India con el titulo mas especifico de “Sai Baba, Lord of de Air”, en el que identificaba al Swami con el Anticristo profetizado en el Apocalipsis, su obra mas conocido no llegaría hasta 1982. Ese año publica “Sai Baba, avatar of de nigth”, reeditado en edición de lujo recientemente. En ese libro Tal Brook relataba con detalle, por primera vez, los abusos sexuales a los que el y otros devotos de Baba presuntamente habían sido sometidos.
Durante mas de una década los devotos decidieron desoir todos esos rumores sobre la impropias conductas sexuales del hombre-dios, alegando que se trataba de autenticos Judas, que habían traicionado al Maestro, y que actuaban asi movidos por fuerzas demoniacas. Pero a mediados de los años 90, con la llegada de internet, los devotos de diferentes países, que afirmaban haber sido sometidos a abusos sexuales por el Swami, empezaron a encontrar testimonios similares a los suyos. Y el escándalo ya fue imparable.
Son muchos los relatos, objetivamente muy similares, que nos llegaban desde todos los rincones del planeta. Jovenes, siempre varones, sin mas relación entre ellos que haber sido devotos de Sai Baba, empezaron a explicar episodios muy similares, en los que el guru mas famoso de la India les habría sometido a tocamientos en los genitales, sexo oral, etc.
Unos, como el actor sueco Conny Larsson, conmocionaron a la comunidad de devotos al confesar públicamente como había sido violado por el Swami. Larsson era uno de los miembros mas importantes de la comunidad de Sai Baba en Suecia, y su conmovedora “Carta abierta a Sai Baba” aun esta disponible en internet: http://www.saiguru.net/espanol/testimonios/05conny.htm
Otros, como el norteamericano Alaya Rahm, fueron mas lejos. Rahm presento en 2006 una denuncia legal contra la organización de Sai Baba en los tribunales de California, aunque no fue admitida a tramite. En el caso Rahm lo mas descorazonador es que el pequeño Alaya prácticamente fue entregado a Sai Baba por sus padres, apasionados devotos del Swami. Lo escalofriante, pero muy revelador a la vez, es que cuando el pequeño Alaya se armo de valor para contar a sus padres que, durante sus entrevistas privadas con Sai Baba, el hombre-dios le obigaba a bajarse los pantalones, le untaba los genitales con aceite e incluso llegaba a practicar sexo oral con el, con la excusa de activarle la energía del chakra sexual, su propio padre le confeso que el también había pasado por esa experiencia años atrás, cuando llego por primera vez al ashram de Prashanti Nilayan… Y le parecía normal.
Esta complicidad inconsciente, entre muchos adeptos occidentales cuyos hijos, o ellos mismos, habían sido sometidos a los tocamientos sexuales, resulta extraordinariamente interesante, desde el punto de vista del análisis psicológico del sentimiento religioso. Todos argumentaban que para un humano era imposible comprender la lógica de Dios. Todos aceptaban aquellos tocamientos de genitales, como una especie de masaje espiritual para activar la energía kundalini. Todos preferían mirar hacia otro lado, hacia la luz del Swami que contraía sus pupilas hasta cegarlos, antes de ver lo evidente. E incluso quienes llegaban a asumir aquellos tocamientos sexuales a menores como lo que eran, una practica sexual ilícita, se escudaban en que al fin y al cabo ellos habían sido creados por Dios, y por lo tanto eran de su propiedad, y podía utilizarlos como su divina gracia, Bhagavan Sri Sathya Sai Baba considerase oportuno. Si a este hecho unimos la libertina tradición sexual de la India; la India del Kamasutra y el Ananga Ranga, la India de Kahurajo y del Tantra Yoga… podremos comprender porque tantos ojos miraron hacia otro lado durante tanto tiempo.
¿Milagros?
Muy probablemente, en el caso de cualquiera de los otros falsos gurues, que tanto proliferan en la India, aquellas denuncias sobre abusos sexuales, habrían supuesto su inmediata detención y encarcelamiento. Pero en el caso de Sai Baba la armonía de su mensaje espiritual, y la supuesta evidencia de sus milagros, continuaban siendo una tabla de salvación para quienes pudiesen sentir naufragar su fe.
Baba seguía materializando vibhuti y amritha casi a diario, asi como joyas, relojes, o los espectaculares lingams, una representación del dios Shiva con forma de huevo de piedra u oro, que Sai Baba expulsaba por la boca entre convulsos movimientos. Las curaciones milagrosas se sucedían. Y también sus obras sociales. ¿Cómo dudar de un santo asi?
Sin embargo, en los años 80 y 90 el ashram empezó a recibir la visita de periodistas de todo el mundo. E incluso la mayoría de los devotos disponía de cámaras fotográficas o de video con las que inmortalizar los milagros del Swami. Es imposible calcular cuantos millones de fotos y cuantos cientos de miles de horas de video han recogido los paseos diarios de Sai Baba entre sus discípulos, realizando los supuestos prodigios. Pero entre ese brutal volumen de imágenes, empezaron a aparecer cosas extrañas.
Videos en los que parecía intuirse que el Swami utilizaba trucos de ilusionismo para realizar las supestas materializaciones. De hecho, una de las filmaciones mas comprometedoras, que sus detractores han utilizado hasta la saciedad en sus criticas, se tomo el 29 de agosto de 1992.
Ese dia se inauguraba el edificio del Sathya Sai Kalyana Mandapam y entre los asistentes al evento, presidido por Sai Baba, se encontraba el Primer Ministro Pamulaparthi Venkata Narashimha, razón por la cual el evento estaba siendo grabado por la televisión nacional. Y los reporteros grabaron el momento en el que Sai Baba, en agradecimiento por las obras realizadas, materializaba un collar para el jefe de la constructora Larsen & Turbo, responsables de la creación del edificio. Sin embargo aquellas imágenes nunca llegaron a emitirse. Hasta que a final de año, el diario británico Deccan Chronicle se hizo con una copia del bruto de grabación, y publico las imágenes.
En aquel video se apreciaba el momento en que Radhakrishna Menon, asistente personal de Sai Baba, parece facilitarle clandestinamente el collar que unos instantes después aparenta materializar de la nada… Desgraciadamente Radhakrishna no podrá ser interrogado sobre su complicidad en el supuesto fraude, ya que fue uno de los seis muertos que se produjeron en la misteriosa noche del 6 de junio de 1993.
Son legion los magos, iluisionistas y pretidigitadores de todo el mudo que han imitado algunos de los poderes de Sai Baba, extrapolando que si algunas materializaciones son evidentemente fraudulentas, todos los demás milagros lo son. Eso es lo que nos dicta el sentido común y la aplicación de la “navaja de Occam”. Sin embargo, para los devotos mas incondicionales, incluso esas pruebas de fraude son solo un acto mas de la infinita generosidad de Sai Baba “que a veces realizaba trucos, precisamente para alentar la desconfianza de la gente, y que asi pudiesen escoger libremente si querían o no seguirle. Lo hacia para hacernos libres, pero sus milagros eran autenticos. ¿Cómo sino iba a tener el poder de resucitar a los muertos?”.

La resurrección de los muertos
De todos los supuestos milagros protagonizados por Sai Baba, según sus devotos, los mas importantes son los referentes a la resurrección de los muertos. Como Jesus hizo con Lazaro (Juan, 11.1-54), Sai Baba habría resucitado a varias personas durante sus años de vida publica. Y ahora yo me dirigía hacia el hogar, en Nepal, de una de aquellas resucitadas: Bharosa Adhikari.
El hogar de Ramesh y Bharosa Adhikari no es un lugar normal. Se ha ganado el sobrenombre de la “Casa de los Milagros”, y no solo es punto habitual de peregrinación para los seguidores de Sai Baba en Nepal, sino de todo el mundo. En aquel edificio, situado a las afueras de Katmandu, se producen todo tipo de fenómenos sobrenaturales y manifestaciones del Swami, o eso al menos es lo que se contaba entre los devotos del Baba. Pero durante mi viaje a Nepal las cosas se habían complicado mucho para llegar al domicilio de la ultima resucitada por Sai Baba
Nepal debe parte de su economía a los numerosos emigrantes nepalíes que envían dinero a sus familias desde todo el mundo. Solo en Irak trabajaban unos 17.000 nepalies, y días antes de mi llegada a Katmandu, integristas musulmanes de “Ansar al-Sunna”, seguidores de Ben Laden, habían ejecutado a 12 de aquellos trabajadores nepalíes tras días de secuestro y tortura. Como respuesta a aquella masacre, la comunidad musulmana de Nepal sufrió las consecuencias. Y asi se desencandenaron los altercados y disturbios que nos esperaban en la capital. Centenares de jóvenes tomaron por asalto locales de Qatar Airways y de Aerolíneas Internacionales Paquistaníes, además de las oficinas del diario Kantipur y de un canal de televisión. Los manifestantes saquearon también unas 20 agencias de empleo, a las que acusan de reclutar nepaleses para enviarlos a Irak. Al amanecer irrumpieron en la mezquita Jama Masjid, el único lugar de oración para los musulmanes de la capital, y prendieron fuego a las alfombras y los muebles del templo. Las unidades antidisturbios de la policía intervinieron con golpes de bastones y gases lacrimógenos. Por lo menos dos personas murieron durante los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Y todo esto suponía que nuestro intento por llegar al templo de Sai Baba en Katmandu, resultaría aun mas complicado.
Esa mañana nos despertamos con los disturbios, sin embargo habíamos conseguido, tras complejas gestiones, permiso para visitar el Templo de Sai Baba más importante del país, y sabíamos que o lo hacíamos ese dia o ya no tendríamos otra oportunidad, asi que conseguimos convencer a un taxista, por un no módico precio, para que nos llevase hasta la “Casa de los Milagros”.
Cruzamos la ciudad a toda velocidad, intentando esquivar los focos de revuelta, las cargas policiales y los contenedores incendiados, hasta llegar a la casa-templo. Desgraciadamente Bharosa Adhikari y su esposo Ramesh habían decidido abandonar el país, como habían hecho otras personas cuando comenzaron las revueltas, y se encontraban en Salt Lake City, Utah, con sus hijos, que dirigían otro de los centros de Sai Baba en EEUU. Donde, por cierto, según nos relataban los cuidadores de la “Casa de los Milagros”, también se habían producido todo tipo de prodigios.
La “Casa de los Milagros” es un lugar que rezuma la presencia de Sai Baba por todos sus rincones. En la sala principal, varias fotos del Swami estaban prácticamente cubiertas de vibhuti que según aseguraban, se materializaba misteriosamente entre el cristal y la fotografia. En una caja de cristal, unas pequeñas sandalias de plata, que simbolizaban las sandalias del Swami, parecían haber dejado unas huellas en el interior, como si una fuerza invisible las hubiese hecho caminar solas por el interior de la caja. En las paredes, fotografías de una bandeja de plata llena de arena, sobre la que se habían matarializado mensajes de Sai Baba, como sobre la piel de algunas frutas, en los que una energía sobrenatural había dibujado otros mensajes del Swami.
Ademas pudimos ver una habitación que se había reservado en el edificio como residencia privada de la presencia divina. Aunque Sai Baba jamás había pisado físicamente Nepal, aquella era su habitación, y como prueba de su presencia pudimos ver materializadas las huellas de sus manos sobre uno de los altares, y las de sus pies en un cojin colocado en el suelo. Para sus devotos no existia ninguna duda de que Sai Baba se materializaba, cuando lo deseaba, en aquella habitación.
Y es que el hogar de Bharosa Adhikari estaba tocado por la gracia, decían los devotos, desde que, en octubre de 1999, la devota había muerto de un ataque al corazon, y Sai Baba la había resucitado. O esto pretendían los entusiastas responsables de la “Casa de los Milagros” mientras me enseñaban el informe medico que pretendía certificar el milagro. Lamentablemente el medio que firmaba el informe también era un devoto del Swami, lo que no probablemente no ayudaba a convencer a los mas escépticos.
El caso de Bharosa Adhikari no es el único. Existen muchos relatos de supuestas resurrecciones de muertos protagonizadas por Sai Baba. Pero el Dr. Erlendur Haraldsson escogió solo dos para analizarlas en su libro “Milagros Modernos”, sin duda en ensayo mas objetivo y desapasionado publicado en castallano sobre Sai Baba. Dos casos que presentaban mayor documentación investigable, y testigos que podían ser entrevistados. Y asi lo hizo.
El primero y mas conocido fue protagonizado por el ferviente devoto norteamericano Walter Cowan “resucitado” en 1971, y el segundo es la “resurrección” de V. Radhakrishna, vecino de Kuppam, que habría sido devuelto a la vida por Sai Baba en 1953, cuando su cuerpo ya había comenzado el proceso de descomposición.
Según el Dr. Hislop (pag. 237 a 239) “Temprano en la mañana del 25 de diciembre, se corrió rápidamente el rumor de que un norteamericano de avanzada edad había fallecido de un ataque al corazón. Mi esposa, Victoria, y yo, enseguida pensamos en Walter. Fuimos al hotel y encontramos a Elsie allí. Walter había caído al suelo en las primeras horas de la mañana. Elsie había llamado a la Sra. Ratanlal, cuyo cuarto estaba a unas puertas del corredor. Las dos mujeres se las arreglaron para subir a Walter a la cama y él falleció en brazos de Elsie. Unos minutos después, llamaron a una ambulancia, el cuerpo fue llevado al hospital, declarado muerto al llegar, colocado en un cuarto de almacenar vacío y cubierto con una sábana para esperar que aclareciera el día y se pudieran tomar decisiones para los funerales… Elsie y la Sra. Ratanlal ya habían estado a ver a Baba cuando nosotros llegamos. Él les había dicho que visitaría el hospital a las diez. Las dos señoras estaban listas y esperando a Baba a la hora señalada. Ellas fueron al hospital, pero Baba había llegado más temprano y ya se había ido. Para la alegría de las señoras, pero también para su asombro, encontraron a Walter con vida y siendo atendido. Nadie vio a Baba con Walter, ni tampoco Baba ha escogido decir cómo ni por qué fue resucitado Walter, pero al regresar con la familia del devoto que eran sus anfitriones, Baba dijo que él le había devuelto la vida a Walter…”.
Este relato es conocido en todos los Centros Sai Baba del mundo. Sin embargo Haraldsson no es tan entusiasta. En su libro recoge varios testimonios de primera mano. Incluyento a 3 medicos que habían asistido a Cowan, a su esposa Elsie, personal del hospital, etc. Los miembros del hospital en que se fue ingresado Cowan negaron en todo momento que hubiese llegado sin constantes vitales, y también que hubiese muerto durante su estancia en el hospital. Su conclusión sugiere que Cowan paso por una experiencia de catapelsia, pero nunca llego a estar realmente muerto. Por lo tanto no podría utilizarse el termino “resurrección”. Cowan murió, definitivamente, dos años después del “milagro”.
En cuanto al Sr, V. Radhakrishna, que “murió” durante una estancia en el ashram de Puttaparti, su investigación resulta aun mas compleja, debido a su antigüedad. Howard Murphet escribe en “Sai Baba, El Hombre Milagroso” (pag. 132 a 134): “ Una tarde Radhakrishna entró en coma y su respiración era como la de un hombre moribundo. Su esposa, alarmada, corrió a ver Swami. Éste llegó al cuarto, miró al paciente y le dijo: "No te preocupes. Todo va a estar bien", y se fue. Al día siguiente, el paciente estaba aún inconsciente. El Sr. K. S. Hermchand, su yerno, trajo a un enfermero del distrito, quien, después de examinarlo y de no haber podido encontrarle el pulso, dio su opinión de que el Sr. estaba a punto de morir y ya no había forma de que se salvara. Cerca de una hora después, el paciente se puso muy frío. Tres ansiosos familiares oyeron lo que determinaron como el estertor de muerte en su garganta y lo vieron ponerse azul y rígido (…) La mañana del tercer día, el cuerpo semejaba más aún a un cadáver, la piel oscura, frío muy rígido y comenzando a despedir un olor. Otras personas que vinieron a visitar y a expresar sus condolencias a la Sra. de Radhakrishna le dijeron que ella ya debería sacar el cuerpo del ashram. Pero ella respondió que "No, hasta que Swami diera la orden". Algunos fueron con Baba y se lo sugirieron, ya que el hombre estaba muerto y el cuerpo estaba comenzando a oler debido a la descomposición, expresando que el cuerpo debería ser regresado a Kuppam, o cremado en Puttaparthi. (…) Entonces, cuando ya estaban al borde de la desesperación, se abrió la puerta y apareció Baba en su túnica roja, copioso cabello y deslumbrante sonrisa. Eran como las dos y treinta de la tarde del tercer día. La Sra. de Radhakrishna corrió a Baba y se soltó en lágrimas. Vijaya comenzó a llorar. Eran como Martha y María, las hermanas de Lázaro, llorando ante su Señor que creían había llegado demasiado tarde. Suavemente Baba les pidió a las dos mujeres que lloraban inconsolablemente y al acongojado Sr. Hemchand que saliesen de la habitación. Al ellos salir, cerró la puerta. Ellos no saben, ni hay nadie que sepa lo que pasó en esa habitación donde solamente estaban Swami y el "difunto". Después de unos minutos Swami abrió la puerta y llamó a los que estaban en espera. En la cama estaba sentado Radhakrishna mirándolos y sonriéndose. Asombrosamente toda la rigidez de la muerte había desaparecido y él estaba volviendo a su color natural. Baba, pasando su mano por la cabeza del paciente le dijo: "Háblales, ellos están preocupados". Swami se volvió a la esposa: "Te he devuelto a tu esposo. Ahora dale tú algo caliente de tomar."
Haradsson también pudo entrevistar a la viuda y a la hija de Radhakrishna, pero habían pasado mas de 20 años desde el incidente. Asi que, prudentemente, se limita a exponer los testomnios y a apuntar que: “ Ningun medico examino al señor Radhakrishna, ni tampoco hay un dianostico claro de su enfermedad (…) no dijo con claridad cuanto tiempo estuvo sin vida, ni tampoco si en la opinión de los presente, falleció en realidad. Solo las palabaras de Sai Baba “He dado vida a tu marido” indican algo asi”.
El 28 de marzo de 2011 el Swami fue ingresado en el Instituto de Medicina Sri Sathya Sai, de Puttaparty aquejado de neumonia. Le implantaron un marcapasos para regular la actividad coronaria. Se paso abril, recibiendo respiración asistida para succionar la secreción de los pulmones. También había estado bajo terapia renal, para que sus riñones funcionaran. Finalmente murió el pasado 24 de abril, con 84 (o quizás 81) años de edad. Pero el Swami había prometido que viviría hasta los 96 años. Y durante algunos días sus devotos tenían la esperanza de que se resucitase a si mismo, como había hecho con Adhikari, Cowan o Radhakrishna, para asi cumplir su promesa. Pero eso no ha ocurrido.
Sai Baba predijo que iba a vivir hasta el 2022 para reencarnar ocho años más tarde en la aldea de Gunaparthi, con el nombre de Prema Sai. Y estoy seguro de que esa promesa si la cumplirá. O al menos intuyo que, hacia el año 2030, algún niño nacido en Gunaparthi, o en sus alrededores, se conviertira en el nuevo referente del culto a Sai Baba. Y cientos, o quizás miles de personas querrán creer que el Swami ha vuelto a la vida, para continuar con su misión. Porque la fe es una fuerza mas poderosa que la muerte, que el sentido común, e incluso que todas las pruebas de que un supuesto mesias, era en realidad un cruel traficante de esperanzas…
Prashanti Nilayan vivirá ahora una crisis económica feroz. La desaparición del Swami terminara con el turismo y las peregrinaciones, y pronto alguien hablara, y conoceremos los secretos del “hombre-dios” mas famoso del siglo XX.
Manuel Carballal
ANEXO
Enseñanzas del Swami. Sai Baba dijo:
Respeta siempre el punto de vista ajeno. No inicies disputa a la primera divergencia de opinión. El otro puede estar en lo cierto y tú en el error. Reflexiona sobre sus argumentos.
No te hinches de orgullo cuando lo demás te alaven; no te sientas abatido cuando te culpen. Evita hacerles a los demás todo aquello que tú pienses que los demás no deberían hacerte.
La paciencia es toda la fuerza que un hombre necesita.
Cualquier cosa que uno haga, buena o mala lo seguirá. Nosotros cosechamos los frutos de la acciones y los deseos.
Aquello que está más allá de la forma y el nombre, eres tú. La naturaleza interior del hombre es lo más cercano a la naturaleza de Dios.
Por sobre todo desarrollen el amor. Amen a todas las religiones y a todas las naciones. Reconozcan a todas las religiones y acéptenlas como sendas que llevan al hombre hacia un mismo destino.
El amor es dar y perdonar. El egoísmo es recibir y olvidar. El amor es expansión. El egoísmo es contracción.
No anhelen los goces físicos, de modo que si lo hacen, descarten el goce más permanente de la calma interior y del contento.
Aún cuando no te sea posible servir a los demás, o no estés dispuesto a hacerlo, al menos, evita causar daño. Esto es una forma de buen servicio.
Veinte golpes de martillo quizás no logren romper la piedra, pero el vigésimo primero podría hacerlo. ¿Esto significa que los veinte golpes no sirvieron de nada?. Cada uno de ellos contribuyó al logro final.
No menosprecies a tu prójimo. Alienta los indicios de inteligencia superior y creatividad de los otros. La envidia es la causa de la ruina.
Todos los hombres y mujeres son del mismo linaje: el linaje divino.
El servicio es la mejor forma de adoración. ¿Para qué sirve adorar a un hombre o imagen de Dios si no se realiza ningún esfuerzo por cultivar el amor hacia todos los seres?
Amen y sirvan a su patria. No odien ni perjudiquen a la patria de los demás.
Olvídense inmediatamente de todo el mal que les hicieron. Olvídense inmediatamente de todo el bien que ustedes le hicieron a los demás.
No desarrollen celos, odio o envidia por ningún motivo.
Manuel Carballal

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